La Huida
Trascurridos los primeros días en que puedes salir un poco más temprano y vivir el entrenamiento de lo que piensas que será tu rutina diaria por un significativo plazo de tiempo… comienzan los días reales en esta nueva vacante que firmaste para llenar, y en la que ahora tiene nombre de “el/la nueva”
Siempre existe esa necesidad por conocer gente, gente que te ayude a entender todo este nuevo mundo que te rodea; desde saber a quién dirigirte, a encontrar el garrafón de agua, los baños, la copiadora, impresora y por supuesto “la oficina”, aquella que nunca olvidarás y que sientes que es inmensa y con una presencia absoluta, la cual es totalmente intimidante, esa la tan renombrada “del jefe”.
Aún no lo conoces, has escuchado hablar de él, pero para ti sigue siendo un desconocido. Todos emiten comentariosde toda índole, está la chava eternamente enamorada de él, aquél que lleva años aquí y no lo aguanta o para los que simplemente está “ÉL” y ellos para él.
Pero existe un momento, único e inesperado… ¿Destino? Yo le llamaría mejor: ¡Karma por Huevón! … Sí, porque toda la semana fuiste arreglada y perfumada por si te lo presentaban, pero justo el día que saliste tarde, con el tanque de gasolina vacío, sin peinarte ni maquillarte, justo ese día que elegiste cinco minutos más de descanso e ibas caminando media dormida, con unos papeles sin importancia, cuando de repente escuchas zapatos andar, muchos a la vez, pero sobretodo un par que domina la afluencia de los demás… En ese momento pasa por tu mente esconderte y vives un momento entre angustia y sofocamiento… cada vez lo escuchas más cerca, en tu mente la música de misión imposible volteas lentamente y sabes que no te conoce pero que alguien te podría presentar, ves los sacos de los hombres uno tras otro y los tacones de las mujeres los escuchas avanzar rápidamente, ves tu ropa casual y tus tennis sucios y quieres meterte en la primera bolsa de papel que encuentres, pero lo único que se te ocurre es pegarte a la pared, cual espagueti, y así dejarlos pasar.
Justo cuando van pasando a la par tuya lo ves, y choca una mirada rápida contigo, el momento se congela y cuando rápidamente se derrite, volteas la mirada, en tu mente ¡Fuck! ¡¿Por qué no me arreglé? ¡Ya era suficiente con parecer de 19 años y ahora esto!...
Corres para darte “una manita de gato”, “por si te lo vuelves a encontrar” ... y cuando llegas a tu oficina y todos los espectadores, o sea, tus compañeros te ven apurado, se atreven a decir: ¡Ay qué lástima justo acaba de pasar el Jefe, para que lo conocieras!... En tu mente: ¡Juras! … pero en voz alta sólo te atreves a contestar: ¡Ay sí, bueno no importa ya será en otra ocasión!
Lección del día: Nunca sabes cuándo te vas a encontrar a tu jefe en fachas ¡Ten lista una estrategia para huir!
Comentarios, sugerencias, críticas aquí abajo por favor, no me sirven en facebook, ni mail. Gracias por su cóperación. Recuerda que por cada comentario, una salida más temprano de tu chamba y sí lo compartes ¡te aumentarán el sueldo!
Karen Fernández
Contacto:
Super interesante, justo por eso estoy pasando :/
ResponderEliminarEs muy cierto, creo que todos estamos pasando por eso.
ResponderEliminarExcelente nota