miércoles, 20 de noviembre de 2013

"Las tendencias van cambiando, los cortes van cambiando, las pinturas van cambiando, entonces por eso el actualizarte..." 

Diana cabrera, una estilista con pasión

Entre diversos utensilios para cortar, pintar y embellecer el cabello de las clientas, Diana Cabrera Hernández originaria de Poza Rica, Veracruz, platica sobre su pasión por su trabajo. Con 28 años de edad es estilista en su propio salón de belleza además de madre soltera.

Diana platica con entusiasmo cómo se introdujo al mundo del estilismo desde que era una estudiante de preparatoria.

“En la prepa estudiaba en la tarde y en la mañana estudiaba estilismo. Siempre me ha gustado el estilismo, siempre. Se me hace muy relajante, muy tranquilo” explica con naturalidad. “Conoces a mucha gente, socializas mucho”

Con una carrera de Derecho trunca y un bebé, comenzó a trabajar como estilista en Exersite, un centro de fitness en Puebla, y en otros sitios durante algunos años  hasta llegar a su actual sitio de trabajo, Stylo, su propio salón de belleza ubicado a un costado de la plaza comercial La Noria en el que desde hace 6 años labora.

Diana disfruta de su trabajo y considera importante la actualización constante de conocimientos sobre estilismo para poder satisfacer al cliente, ella platica acerca de sus estudios:

¿En dónde estudiaste estilismo?
- La escuela se llama Universidad Técnica de Belleza y Estética, está en Huexotitla. Fueron 3 años de la carrera y el último año lo estudié en México.

¿Cómo se llamaba la escuela en la que estudiaste en el DF?
- La misma, era la misma. Era como un tipo intercambio, entonces me fui a México.

¿Era una escuela cara? ¿Tú te pagabas la escuela?
- No, me la pagaban mis papás. Cara, no tanto… en ese entonces, te estoy hablando de hace 12 años, la colegiatura estaba como en $1200. Nada más iba dos horas en la mañana y dependiendo del trabajo que estuviera haciendo, duró tres años.

¿El local es tuyo o lo rentas?
- No, lo rento.

Ya me platicaste que se te hace muy relajante el estilismo pero cuéntame ¿qué es lo que más te gusta de ello. 

Después de meditarlo un poco Diana contesta:
- Me gusta mucho el corte, el corte es lo que más disfruto.

¿Alguien en tu familia se dedica a esto también?
- ¿En cuestión de hermanos y papás?  Soy la única.

Alguna vez te escuché que platicabas que te habías ido a un curso al DF...
- Sí, cada año hay cursos. Bueno, durante todo el año, ya sea por la línea que manejas, por ejemplo manejo en cuestión de tinte L’oreal y Alfaparf. De los proveedores te dan cursos, como 3 o 4 cursos, pero hay un curso que es en grande, que es cada año y es en el DF. Entonces ahí van estilistas de todos lados, encuentras por ejemplo lo que es plataforma, te inscribes para mostrar tu trabajo en plataforma para que todos te vean. Te inscribes con la línea que manejas y porque precisamente al subir a plataforma vas a hacer lo que es un trabajo de corte, de pintura, incluso de tratamientos para que cheques que el cabello a pesar de que le hagas un proceso fuerte quede en buenas condiciones.

¿Tú asistes porque es crees que es bueno capacitarte?
- Es bueno actualizarte. En la escuela te enseñan como que lo básico, lo que son cortes, tintes, todo, todo. Te enseñan todo pero desde abajo, entonces las tendencias van cambiando, los cortes van cambiando, las pinturas van cambiando, entonces por eso el actualizarte y sobre todo ir conociendo más líneas porque hay lugares que se casan con una sola línea, pero puedo decirte en tintes es buena esta línea, en tratamientos es buena esta línea. Es bueno conocer.

¿Por qué te decidiste por las marcas con las que trabajas?
- Porque siempre he trabajado con esas marcas.

El salón de Diana es visitado por los vecinos de la zona y otros clientes frecuentes que la han seguido durante años. Esta fue la razón por la cual tenemos que interrumpir la entrevista durante unos 20 minutos ya que una clienta joven, de unos 24 años entra al establecimiento saludando alegremente a Diana, al parecer se trata de una cliente frecuente.

Diana se desenvuelve con confianza con su clienta demostrando que además de conocer la colorimetría, el corte y el manicure, domina la habilidad de establecer conversaciones con los clientes, la cual es prácticamente un requisito en el mundo del estilismo.

Al finalizar el corte, la clienta se retira y continúa con tranquilidad la conversación.

Me gustaría que me platicaras sobre tus clientes, si has hecho amistad con ellos, si son clientes frecuentes o son solamente de paso. ¿Cómo son tus clientes?
- Hay de todo, hay clientes que los tengo desde que empecé a trabajar o clientes nuevos. Hay clientes que vienen cada semana, o cada tres meses, dependiendo… Fíjate, hasta eso, así vengan una vez y pase un año, me acuerdo muy bien de esa persona.

¿Cuál es esa razón por la que te acuerdes?
- Para los nombres soy malísima pero si me acuerdo de las caras.

En cuanto a lo que cobras, ¿consideras que es lo justo? ¿En qué te basas para fijar tus precios?
- Fíjate que en este aspecto tengo un socio. Hay que comparar dentro del mercado.

¿Tienes planes a futuro como abrir un nuevo salón?
- Sí, me gustaría mucho irme al DF. ¿Sabes también en dónde? Y es más probable, a Canadá, mi hermana está allá. Ella siempre me dice “tu trabajo aquí es muy bien pagado” Y precisamente allá en Canadá es muy bien pagado porque todo el producto aquí fácil puedes ir con la distribuidora y encontrarlo y comprarlo. Pero allá solamente las estilistas tienen licencia para comprarlo, entonces no lo puedes comprar en el super.

¿No te da miedo irte por el idioma?
- No. Hace como dos años estaba por irme, incluso más, antes de que saliera lo de la visa, pero por indecisa no me fui, pero por eso aprendí a manejar el idioma. Así al 100, no estoy.

Regresando al tema de tus clientes, ¿tienes más clientes mujeres u hombres?
- Mujeres

¿Normalmente qué es lo que piden? ¿Tinte, despunte…?
- Es más lo que es corte y pintura.

¿Ha habido alguien que te haya pedido algo super extraño?
- Hay una chavita a la que le crece muy rápido el cabello, ella va del corto al largo muy rápido. No, y que ahora, córtamelo mohicano, ahora córtamelo así, ahora rápame de un lado, ahora píntamelo así, y me gusta, me gusto todo eso.

Luego de algunas bromas sobre los cambios de imagen, Diana atiende el teléfono y se acerca de nuevo para terminar la entrevista.

Diana, tienes algo más que comentar, ¿acerca de tu trabajo?
- Me gusta mucho. Mucha gente me pregunta "¿por qué no terminas lo de Derecho?" ¡ah! 
no te dije, la carrera ahorita la estoy terminando en línea. Pero sí es como para cerrar un ciclo no para que me dedique a eso. Fíjate que esta carrera se me hace muy noble (el estilismo), es de esas cosas que haces por gusto, no porque ¡ay tengo que ir a trabajar!.

El salón Stylo refleja el temperamento tranquilo de Diana y los clientes se retiran satisfechos después de cada corte.  

Diana barre el cabello y hace un último comentario: “El cabello que sale de las estéticas se deposita en bancos especializados, además se hace queratina con el cabello” 

Este último dato da fin a nuestra entrevista.


1 comentario:

  1. Fer,

    Revisa de nuevo el texto para corregir detalles como guiones al principio de pregunta o respuesta que se te fueron y algunos acentos diacríticos como en un “si” que debería ser “sí”. También te faltó la foto que se antoja podía ser muy poética, con Diana sonriendo o barriendo el cabello, por ejemplo.
    Por otro lado, de pronto vienes de preguntas personales que podías haber explotado más como todo el tema de la hermana y Canadá o su papel de madre soltera, y luego cambias a aspectos que percibo demasiado “técnicos” o cuyo conocimiento no me acerca al personaje, como el saber qué marca de productos usa. Asimismo en algunas de las respuestas aùn puedes echarle una editada y eliminar pasajes que son un poco redundantes –hay otros de estos momentos redundantes que te transmiten su forma de hablar, pero en otros momentos solo parecen agregar líneas a la entrevista.

    En general buena entrevista aunque sé que tú misma te quedaste con ganas de hacer algunas cosas de otra forma. Corrígeme si me equivoco.

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